Quizás ya lo habías escuchado, pero si no es así, grábatelo en tu mente: La calidad de tus pensamientos afectan a la calidad de tu vida.

Si vas todo el día pensando lo mal que se te da hacer tu trabajo y lo lejos que estás de alcanzar tus objetivos, probablemente no llegues a cumplir tus metas nunca.

Si piensas que no eres una persona bella, que no estás bien físicamente y que no merece la pena arreglarse porque nunca conseguirás estar con la persona que te gustaría, me da que así será.

Lo siento, pero si no tú no crees en ti mismo, poco tienes que hacer. El primer paso para alcanzar tu objetivo es creer que puedes conseguirlo. Después ya veremos qué pasa, pero primero debes creer en lo que quieres, solo así te seguirás esforzando cuando haya momentos malos, que los habrá.

Puede parecer que hoy estoy un poco exigente o pesimista, pero no. Me gusta hablar claro: Casi todos los sueños los podemos alcanzar, pero si trabajamos duro por ellos, en las buenas y en las malas. Muchos abandonan sus objetivos cuando vienen temporales fuertes y caminos pedregosos ¿Por qué? Porque siempre hay una segunda opción, y una tercera… Todas ellas más fáciles.

Más fáciles, sí. Pero también más aburridas e inapetentes. Si posees un lenguaje interno negativo, tirarás mucho antes la toalla y tu confianza y autoestima se verán afectadas.

¿Qué ocurre si mi diálogo interno es negativo?

  1. Limita tu potencial: Cuestionar tus circunstancias personales puede ser bueno, pero si te excedes puede conducir a un complejo de inferioridad. No debes cuestionar cada paso que das en la vida. Debes aprender a confiar en tu instinto.
  2. Puede provocar ansiedad: : La ansiedad no aparece sin motivo. Un exceso de pensamientos negativos es el ambiente perfecto para que la ansiedad llame a tu puerta y se quede contigo una temporadita ¿Verdad que no quieres eso?
  3. Saboteará tus relaciones: Si convives con la duda y la negatividad, será normal que derrames un poco de ellas en tus relaciones: pareja, familia, amistades… Si crees que no eres digno de recibir amor, te costará verlo y confiar en él cuando te lo quieran demostrar.
  4. Te impide actuar: ¿Cuántas veces ha conseguido esa voz que hay en tu cabeza que no te lanzaras a un cambio que podría haber sido bueno para ti? El diálogo interno negativo te genera miedo, y el miedo, te paraliza. Dejamos escapar oportunidades buenas porque nos quedamos bloqueados, repitiendo en nuestra cabeza: “Esto no es para mí”.
  5. Te vuelves más pesimista: El diálogo interno negativo, influirá en todas las perspectivas de tu vida. Cuando las cosas vayan mal de verdad, no creerás que pueden mejorar. Te costará trabajo ver las cosas buenas que te vayan ocurriendo. Siempre pensarás que serán de corta duración o que tendrán un final desastroso. Esta ausencia de fe puede ser una gran mella en cualquier aspiración.

¿Cómo puedo cambiar mi lenguaje interno?

Lo primero que tienes que hacer es aceptar que el diálogo interno negativo es en realidad parte de una estructura de creencias limitante que has creado para ti mismo.

 No puedes hacer ningún cambio positivo sin antes aceptar que hay un problema. Una vez que asumas que esto es un problema, el siguiente paso es comenzar a darte cuenta de cuando tienes ese lenguaje interno negativo. Como en la rumiación, el primer paso es: detectar cuando sucede.

Cuanto más detectes esto, más oportunidades tendrás de controlar el lenguaje interno negativo. Debes estar alerta sobre cómo te diriges hacia ti mismo y tomar conciencia de cómo te hablas.

Nadie es perfecto

Lo primero que debemos aprender es que la perfección no existe. No somos seres perfectos, por lo que es normal cometer errores y fallar en nuestro día a día. No tiene sentido que te repitas: “Qué mal lo has hecho” cada vez que no salen las cosas como esperabas. ¿Acaso la vida es una línea recta donde todo debe salir según lo habías previsto? Seamos razonables, por favor. Vas a fallar y a seguir cometiendo errores en la vida. Cuanto antes lo asumas, más tranquilidad ganarán tus días.

No esperes a corregir tu lenguaje

Por supuesto que debemos corregir el lenguaje interno negativo, pero no esperes siempre a cometer un fallo para poder enmendarlo. Si estás dentro del equipo de personas que se levantan de buen humor (¡Enhorabuena!), empieza a hablarte con cariño desde que pones los pies en el suelo. Si no estás dentro de ese equipo, espera a tomar tu primer café. (No es una broma, me esfuerzo en que no fracaséis)

No quiero que llenes tu mente de cientos de frases positivas. Quiero que escojas dos o tres (las que veas que más falta te hacen) y las repitas en tu interior creyendo en ellas.

Fíjate en la foto que pongo sobre Mayka.

Mímate

Tienes que mimarte. Con palabras y con hechos. Escucha tu cuerpo y descubre qué necesita. ¿Un baño caliente, un masaje, una limpieza de cutis, comprar algo de ropa nueva…? Es importante que aprendas también a cuidarte por fuera, esto hará que aumente tu sensación de bienestar. Te sentirás mejor y será más fácil para ti hablarte con respeto y cariño.

Os recomiendo seguir mi cuenta de Instagram para seguir conociendo más trucos con los que mejorar tu lenguaje interno.

Con mucho amor,

Noelia.

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